Toda mi vida he estado buscando la luz. Desde siempre, he presentido que no estaba en este mundo para ser, ni hacer lo que estaba haciendo y eso me permitió investigar y profundizar en muchas terapias y en muchas ciencias.
Precisamente un día, reflexionando sobre mi nombre, Zulema, me di cuenta que encerraba un curioso anagrama:“ Ameluz”, siempre buscando la luz y“et voila”, la luz que siempre había anhelado, estaba allí, esperándome, ,en mi propio nombre, dentro de mi propio ser, al otro lado del espejo.
Para mí, eso fue el conocimiento del Diseño Humano, fue la luz que tanto buscaba y no acababa de encontrar; las terapias espirituales y las certificaciones en el ámbito de la educación emocional me nutrieron y gracias a ellas pude observar, aprender de mis procesos mentales y emocionales y de esta manera saber ver, comprender y ayudar a otras personas en sus propios procesos personales. Pero yo sabía que faltaba algo, que había y necesitaba algo más importante para engranar todas las partes de mi ser.
Allá por el año 2016, tuve mi primer encuentro con el Diseño humano, y no fue una luz de luciérnaga, efímera y nocturna, fue la luz de una gran estrella, potente, duradera y envolvente; ese encuentro me llevó a profundizar, a indagar qué era este sistema de DH, beber de muchas aguas, aprender y poder asentar y experimentar mis conocimientos a través de diferentes profesores, guías y analistas que figuran en esta misma página, a los cuales agradezco su generosidad por compartir sus conocimientos. Todos me aportaron luz, me mostraron herramientas que ayudaron a conocerme, a llegar hasta aquí, y así certificarme como analista oficial y formando parte de esta comunidad de profesionales de Diseño Humano.
